Se cree que los microbios del intestino humano son responsables de muchas cosas que afectan la salud, incluidos los genes e incluso las emociones. La investigación ha demostrado que este reino bacteriano próspero puede estar relacionado con un "microbioma cerebral humano" distinto.

Esta conclusión, hasta ahora preliminar, fue presentada en la sesión de carteles de la reunión anual de Neurociencia 2018 por investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham, dirigida por la neuroanatomista Rosalinda Roberts.
La importancia del hallazgo potencial es que aún no se sabe cómo el microbioma intestinal puede influir en la función y el comportamiento del cerebro y, por lo tanto, la nueva suposición de que el cerebro humano tiene su propia población de microbiomas podría ofrecer una visión fundamentalmente diferente de esto. problema.
Los científicos estudiaron muestras de cerebro tomadas de 34 personas fallecidas; aproximadamente la mitad de ellas padecía esquizofrenia y la otra mitad se consideraba sana. Todos los casos mostraron diferentes cantidades de bacterias. Tenían forma de varilla y contenían una cápsula, nucleoide, ribosomas y vacuolas. La densidad de las bacterias varía según la zona del cerebro en la que se encuentren: la mayoría de ellas se encuentran en la sustancia negra, el hipocampo y la corteza prefrontal.
Los investigadores no pueden responder cómo llegaron las bacterias allí, pero Roberts especula que los vasos sanguíneos pueden haberlas transportado. Al mismo tiempo, admiten que los microbios pueden haber llegado allí como resultado de una cirugía durante las operaciones post mortem, pero la forma en que se diseminan por el tejido no excluye otras opciones.
Experimentos posteriores han demostrado que este fenómeno bacteriano no se limita al cerebro humano: los estudios con ratones también han revelado signos de un microbioma cerebral en ratones sanos.
Los científicos sostienen que la investigación futura puede explicar la existencia de este microbioma cerebral y cómo afecta a sus células. Este descubrimiento podría cambiar el paradigma científico tanto como el descubrimiento del microbioma intestinal. Además, será un importante paso adelante en el campo de la neurociencia, proporcionando una base para otros trabajos.